Las criptomonedas, los NFT y los contratos inteligentes se han convertido en un tema recurrente. Constantemente se escucha hablar de la necesidad de regular estas nuevas tecnologías y las aplicaciones que pueden tener en el mundo jurídico. Antes de opinar sobre el efecto que estos temas tienen en nuestra profesión, me gustaría intentar explicar la tecnología en la que se fundamentan, el Blockchain, en términos que resulten familiares para los abogados.
Aunque desde los 80 existía el concepto teórico de blockchain, fue hasta 2009 que se puso en práctica con la publicación de un paper titulado “Bitcoin: Un Sistema de Efectivo Electrónico Usuario-a-Usuario”. Este documento propuso crear una versión puramente electrónica del dinero en efectivo.
Bitcoin buscaba una forma de hacer pagos en internet sin la intermediación de un banco, de la misma forma que lo hacemos con el papel moneda. Mientras que los billetes y monedas son elementos físicos que no pueden ser duplicados, un documento digital es un código, es decir, una serie de instrucciones que permiten al computador reproducir lo que vemos en pantalla (Si presiona “Ctrl + u” el navegador le mostrará el código de esta página). Este código se puede copiar infinitamente, por lo que en realidad no existe un original. Pata tener una moneda electrónica era necesario encontrar una tecnología que garantizara a los usuarios quien era el titular de cada unidad de pago.
La solución, usar una red usuario a usuario colocando estampas de tiempo a las transacciones al crear un hash en una cadena continua de pruebas de trabajo. Como esta definición técnica no es familiar para los abogados hagamos un símil con algo que conocemos mejor, los títulos valor, que son documentos que legitiman el ejercicio de un derecho literal y autónomo.
Aunque la definición no es jurídicamente precisa, para efectos de esta explicación podemos imaginarnos los medios de pago como un título valor. Es decir, una forma de documentar el ejercicio de un derecho, ya sea el equivalente a un pago en efectivo, como bitcoin, o la propiedad sobre una obra, como los NFT.
Los títulos valor tienen diferentes maneras de circular. Los nominativos son aquellos en los que el tenedor debe estar inscrito en el registro que lleva el creador. Algo similar a lo que hacen los bancos que llevan un registró centralizado de cuánto dinero tenemos en nuestra cuenta. Otros títulos valor se pagan al portador, es decir a la persona que lo tiene físicamente y quien ejercer el derecho con la simple entrega. En nuestro ejemplo, los billetes y monedas son medios de pago al portador, pues permiten pagar sin necesidad de identificar a la persona que los presenta ni la forma como los obtuvo.
Bitcoin buscaba evitar a los bancos y sus registros centralizados y crear una forma de pago en efectivo, pero sin usar documentos físicos. La solución fue crear algo parecido a un título a la orden. Es decir, creaban un documento digital en donde se registraba quien era el tenedor del título y este lo transfería mediante endoso.
En un título físico el endoso se hace firmando el documento y anotando quien es la persona a quien se transfiere. Para los documentos electrónicos esto presenta un problema. La firma electrónica se hace normalmente con un ente certificador que verifica la autenticidad del documento, justo lo que bitcoin quería evitar. Así que aplicaron la tecnología de blockchain para solucionarlo.
Blockchain permite agrupar datos y certificarlos por una comunidad descentralizada usuario a usuario o como se conoce en inglés per to per (el mismo sistema descentralizado que usábamos en los 2000 para compartir música y videos con ares, emule etc.). Los usuarios de la comunidad llevan un registro de todas las transacciones. Cada vez que alguien hace una operación debe notificar a todos los usuarios. Si alguien intenta transferir dos veces una misma unidad la comunidad se dará cuenta y solo aceptará la primera transacción.
Los usuarios de la red agrupan estos “endoso” en bloques de datos (de ahí el nombre en inglés block) que contienen el nombre y la firma del usuario que lo entrega, la fecha y el usuario que lo recibe. Estos bloques se registran uno detrás de otro como en una cadena (de ahí el nombre en inglés chain).
Para que el sistema pueda funcionar falta un elemento ¿Cómo evitamos las falsificaciones? La información no viaja al mismo tiempo por la red y no todos los usuarios están conectados siempre. Si un usuario se desconecta, cuando vuelva solicitará el listado de transacciones ocurridas en su ausencia y puede recibir información contradictoria de diferentes usuarios ¿cómo distingue cual es la verdadera?
Para solucionar este problema es necesario que anotar en esta lista de transacciones requiera cierto esfuerzo. El sistema encripta cada paquete de datos, algo así como asignarle una contraseña secreta. Toda la comunidad debe trabajar para adivinar cual es esta contraseña. Este trabajo es realizado por los computadores de la comunidad que están constantemente intentando adivinar cual es la clave para poder “abrir” el paquete de datos. Cuando un usuario logra descifrar la contraseña se le premia con un nuevo bitcoin. Con esta solución tenemos una comunidad que constantemente usa sus equipos y consume energía para mantener el sistema seguro, esto es lo que se conoce como prueba de trabajo. A la actividad de intentar adivinar estas contraseñas para generar nuevos bitcoins se le conoce como minería.
Al exigir una prueba de trabajo para dar validez a las transacciones el falsificador tiene una barrera insuperable. Tendría que adivinar por sí solo más contraseñas que las que han sido descifradas por toda la comunidad de usuarios honestos. De esta forma cuando un usuario recibe dos listas de transacciones con información contradictoria puede confiar en la más larga, pues el trabajo de la comunidad le garantiza que esa es la original.
Como puede verse blockchain es una tecnología que sirve para agrupar y validar datos sin necesidad de una autoridad central que se encargue de verificarlos. Esto permite crear una lista de transacciones en un documento electrónico cómo en el caso de bitcoin, pero tiene una infinidad de usos potenciales, desde llevar libros de comercio descentralizados a mantener registros de votantes sin necesidad de una registraduría centralizada.
Ahora que sabemos cómo funciona blockchain ¿Qué uso se le ocurre para esta tecnología?
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